VEO UNA LUZ AL FINAL DEL REPECHÓN

Las 5:45. El niño bien peinadito en la plaza del ayuntamiento. 5:50.....5:55....¡¿¡¿No hay nadie?!?! Llamo a toni:

-¿donde estais todos? aqui solo hay la gente preparando las tiendas del mercadillo.
-Estamos en la plaza del ayuntamiento.
-Y yo...
-En el de los Monjos, eh
-¡¡joer tio eso se avisa!!
-Pero si te lo dije, ven ¡RAPIDO!

Y ya me tenéis a 40 km/h a las 6 de la mañana hacia los monjos, mejor tiempo personal.
Ya estaban todos despidiendose, con las fotos echas, llegué, saludé y partimos hacia nuevos horizontes para mí.



Toni, Luichi, ricard, roy, albert, david, fernan, sergi y yo mismo con ganas de caña, llegamos a Arboç y ya tenemos que parar para ponerle bien el sillín al señorito Roy, vamos bien...
Los quilometros iban pasando, haciamos paradas para rellenar los bidones y comer algo cada 2h, hasta que Fernan y Sergio se van al km 130 aprox. AHÍ LA CAGUÉ. Yo quería llegar hasta Sant Carles de la Ràpita y volver en tren con ellos, pero mi instinto (suicida) me dijo que siguiera adelante, no se si Toni me envio uno de sus diablillos azules (o naranjas por el mallot) pero la questión es que me entusiasme tanto, que incluso me dieron el mallot oficial. Ahí si que dije: ¡Vamos a por Valencia!

Las paradas cada vez se hacían mas necesarias, pero había encontrado mi ritmo cómodo incluso dando algún que otro relevo, hasta que paramos a comer. Los Spaguettis con salsa de tomate y atún eran un puntazo, me hinché, luego un trozo de carne y el sol que ya nos iba ganando terreno quitandonos la poca sombra de esa gasolinera perdida por la N-340 nos hizo volver al tajo...

Estabamos a 39º y aún quedaba bastantes km por devorar. A la salida, las piernas me pesaban y costaba moverlas con una cadencia cómoda cosa que me dio mala espina, había momentos en los que me sentía con ganas de tirar pero a la que le metía plato pequeño y buscaba un poco de agilidad para descargar las piernas, me daba un bajón y tenia que volver a poner la paella e ir muy atrancado, desde aquel entonces, el único bidon que llevaba se me empezaba a quedar corto, con tanto sol, cansancio acumulado y el escaso rodaje por carretera iban pasando factura, me temía lo peor...pronto.

Poco a poco iba perdiendo posiciones en el grupo, hasta que llegó el hombre del mazo. No podia llevar cadencia ni a tiros, pero podia arrastrar con mucha fuerza y poca agilidad un desarrollo impresionante dadas las situaciones, pero no era suficiente como para mantenerme enganchado a rueda. Era una sensación muy extraña, en vez de perder la fuerza, perdía la cadencia, cosa que me obligaba a bajar piñones para mantener la rueda, hasta que... paramos en una gasolinera a comer, beber y vaciar el deposito personal con el sr. Roca, Con el miedo metido en mi sangre ardiendo provocado por una pequeña rampa en el mellizo izquierdo. Poco a poco me recuperé en esa gasolinera de la agonía. Ya estaba listo. Avisé de que iba tocado, me tomé un gel, y tras una larga parada en ese maldito suelo maloliente de gasolina, seguimos.

...

Se acabó el maldito bidón, se acabaron las barritas, los platanos, los frutos secos y el gel, una subida se curzaba en nuestro camino, era un puente considarablemente alto. A mi, mas que un puente me pareció un puerto de alta montaña fuera de categoría. Al final del puente había la luz del sol, cegándome la vista. Rampas en ambos mellizos, ambos cuádriceps, ambos isquios. Tenía todo el cuerpo agarrotado, entonces vi la bajada a las mismísimas puertas del infierno, hasta que de en medio de la luz justiciera del sol, salió Roy, un angel para mí. Dejó el grupo, dió media vuelta y me remolcó hasta arriba.

No se describir lo que sentí, contra mas abanzaba mas larga se hacía la subida, de no haver sido porque roy me distraía, hubiera caído allí mismo sin concimiento. Toni llamó a la furgo y con 250km encima, abandoné.



El coche fúnebre, mi tumba.


Me preparé un brebaje mágico, 1 lata de cerveza y 1 de coca-cola 50-50 bien agitado y pa adentro. Me puso como una moto al cabo de media hora. Pero no quise arriesgar y bajé al llegar a Valencia para quedar bien, eso si, fresco como una rosa.

Ni la alcaldesa ni un representante ni una caca de perro nos vino a recibir, solo una patrulla y justito. Me costara de olvidar ese coche de policia... y os diré el por que:

Aproveché la ocasión al maximo porque dificilmente se repetiría.


LLEGAMOS!!! recojemos unos obsequios, aunque mi sufrimiento no tenia precio y al fin en el hotel, nos sacamos la foto oficial:


A ducharse y cenarrrr joder que hambre, fuimos a un asadero argentino donde me sirvieron un plato gigante de tortellini y dos bistecs como mi mano cada uno con patatas. En mi vida me habia entrado tanta comida en tan poco tiempo.



Hasta aqui este episodio, el dia después ya os lo explicaré mas adelante. Tranquilos, sera mas light que este tochazo que he dejado aqui.

-CONTINUARÁ-